

G. Izaguirre Fierro
Algunas mujeres rechazan ese festejo, ya que lo comparan con el día del abuelito, el día del árbol, etc. Es decir con alguien que requiere ser cuidado y protegido, como si ellas, las mujeres, fueran discapacitadas; otras, ese día lo aprovechan para hacer resonar sus puntos de vista, sus reclamos por la desigualdad y opresión a que se ven sometidos por su condición de mujer.
Es obvio que después de 61 años de publicado “El Segundo Sexo”, el libro fundacional del feminismo contemporáneo de la mítica y hermosa Simone de Beauvoir; en muchas partes del mundo, la mujer sigue siendo eso, “el segundo sexo”, condicionada por la biología a parir y limpiar. “El hombre piensa y la mujer limpia”, dice el refrán.
Simone dice: “la mujer no nace se hace”, basándose en que primero es la existencia y después es la esencia, premisa básica de la filosofía existencialista que ella y Sarte inventaron, para la cual, el ser humano se va haciendo, construyendo, con base en las decisiones que toma sobre su vida, y como somos condenadamente libres, esas decisiones son las que forman nuestra esencia.
Simone luchó contra el rol social que se le asignaba a la mujer, que ya nacía como ciudadano de segunda clase (Aristóteles) o como hombre defectuoso (Freud); nacer macho o hembra, es un asunto de la biología; pero el género es una construcción social e histórica.
Felicidades a todas las Biólogas.
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